martes, 30 de junio de 2009

Invierno

Vivo con precios a pagar
Destino inequívoco
La culpa es mía
cuando las palabras yacen
y aman callando.
Cuando el lodo es lodazal
Y embarra sueños y quimeras
Nunca partí de donde no me fuí
Y solo anduve andando.
Pasado tenaz que aparece en futuro
Presente tardío
Hastío de invierno
Que todo lo repite insomne.
Que todo lo reitera con frío.
Entiendo.
He nacido original
Y llevo años de copia.
-.-

lunes, 29 de junio de 2009

Momentos

Entonces aprendí que la vida son momentos. El tiempo de uno es destiempo en otro. Los destiempos son como agujeros en el tiempo real. No corren en las agujas de un reloj. Se escapan de ese sitio calculado. Controlarlo no es disponerlo. Se elige vivir del modo más felíz posible. Entonces, cambian los tiempos con las necesidades. Me tomo todo el tiempo y todavía más para invertir en eso. Saberse es cuidarse. No suelo exigir lo que no me pueden dar. Pero si cuando pueden y no quieren. Así, soy conmigo. Eso es un poco autoritario de mi parte. Me hago cargo. Estoy aprendiendo. Los momentos se reinventan. Se arranca con lo que se tiene. Sueños y anhelos y con la carga emotiva heredada. No existe el pasado pisado. Soy lo que fuí y me animo a ver aquello. Está en la carga de información celular que todo nace y muere. Eso sucederá inevitablemente. Ergo, desacelero el proceso. Instalo una sonrisa hasta socarrona sobre los males más profundos. Siempre hay tiempo para crear. Más que ponerle el pecho a las balas, prefiero una dosis de ilusión diaria. Una de azúcar para la vida. La sal llega sola. Se convive con la esperanza entonces no afectan los destiempos. Es un código descifrable. Sólo consiste en convertirse interdependientes. La diferencia la hace quien piensa en lo que hace . Estar positivo y receptivo es la ecuación.