lunes, 12 de octubre de 2009

Propina

De a poco se va gestando la ilusión. Acomodo mis pies sobre la mesa ratona. Copa de vino tinto fino. Me embriago de a poco el paladar hasta que me pica levemente. El tabaco suele tener otro sabor. Veo todo en su lugar. Estoy en la línea de partida. Riego el ambiente con uno de mirra. Para curar la casa, dicen. Suena el desenchufado de sting. There´re no sunshine when she´s gone. Disfruto la versión. El momento de la partida es a la vez el de la bienvenida. Encuentros con el piano de fondo. Encuentros con tu olor a jazmín y tus besos de tabaco. Ya no suena el móvil ni retumban los mensajitos escritos. El mundo sigue siendo lo cruel que es. Qué paradoja. Me siento afortunado. Busco lugar para poner otra foto de mis peques. Solitario y concentrado. Cada imagen me remonta un recuerdo presente. Como siempre sucede. Devoro unas exquisitas rabas y leo un poco del Kybalion. Todos esos libros dicen lo mismo. Me busco en un nuevo formato. Paciente y locuaz. Tomo otro poquito de vino. Abro el arcón de los afectos. Hoy decido estar solo. Conmigo. Recorro la casa. Reconozco los rincones del sitio. Con mis tiempos pausados y mis búsquedas interminables. Con mi color primario. Miro por la ventana y la noche me regala una lluvia. Saco mi cara y me mojo. Paso mis manos por el rostro. Me recuerdo. Me acuerdo de vos también. Me miro al espejo, mojado, y brindo con mi imagen. Ya no me duele aquello que sentí que dolería por siempre. No invento disculpas. No provoco peleas. No digo que no estoy. No escondo la verdad ni por protegerme de los semáforos y los atascos. Afuera ya diluvia. La contrapartida de lo que lloré alguna vez. Angustiarse es morir más rapidamente. Y eso, ya me pasó ayer. No recuerdo a qué hora pasó el reparto de soledades.
Sólo sé que nunca, ni por piedad, le doy propina al repartidor.

1 comentario:

  1. Antes de sentarme a leer me había preparado un té de anís, menta y naranja.El anís lo traje el domingo, de la sierra, junto con las naranjas. La menta crece en una vasija en mi patio.A esta hora no hay cigarrillo, sólo el humo del patchouly.Dejé de leer el "Powerbook",para venir aquí,y me encontré con un espejo.
    Afuera hace frío,y mi mata de violetas tiene flores en octubre.
    Brindo con vos,Mago*

    ResponderEliminar