martes, 20 de octubre de 2009

Rayito entre dedos


---Se coló la luz entre mis yemas.---dijo el índice.
El dedo se halló importante. Al brillo mágico del resplandor se floreó frente al anular. Siempre tan irónico por ser el mayor, el anular le observó orgulloso desde la huella dactilar de sus laberintos.
---Mirá la luz que he captado...— dijo el índice y agregó silencio.
---Qué buena está, pero verás, la luz la encuentro siempre, pues, sabés que me introduzco en lugares en los cuales la luz tiene otras formas.---

En un par de instantes luego, movido por una ola de endorfinas, el anular viajó a donde la luz se halla mojada.

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