martes, 7 de julio de 2009

Sentencia


Mi boca no sabía a deseo. La lluvia se sentía más por dentro que por fuera. A veces no rescata lo que rescata. Los disparos certeros al alma quedan allí. Entonces marcan. Limbo del que esta acostumbrado a la costumbre. Me doblé lo que más pude quebrándome. Te había soñado despierto. Te había visto distinta. Quien predice supone. Y supuse. La rueda del engaño más grande. El propio. No volvería a aquél mar en donde diluviaba melancolía. Decidí partir partido. Con el olor a aliento. Los veintiún gramos del alma empujando mis setenta y algo de carne y pensamientos. El mar partido en mares. El mar que se parte. Que suma nombres legistas que no suman. Que invitan a alindar lo que se rompió. Que arman rompecabezas con las piezas rotas.
--- ¿Para que plantearte volver si decidiste no hacerlo?---preguntó sinceramente.
--- Algo me supiste. Es verdad, el cristal no se repara. Confío en lo que vendrá en el resto de mi vida sin vos. --- dije y callé durante la exposición de la jueza de familia.
Entró en cólera. Compensó la culpa sentida. Aunque yo siempre la había considerado compartida. Juegos de niña en el ajedrez de cuervos. Me fuí de la sala. Volé sin rumbo por volar nomás. El futuro estaba vacío. El ahora llovía. Mordí mi cabeza durante un tiempo con reproches y noches vacías. Aprendí a encontrar otro sol que vivía en mí. Me animé a escribir lo dolido. Me atreví a ser mago. A buscar otros nombres. Otros mares inexplorados. El optimismo no se crea ni se destruye. Se transmite. Nado en un mar de sonrisas que vuelven. Siempre vuelven envueltas en otros nombres.

1 comentario:

  1. "no sé por qué se fue, si siempre está volviendo",se pregunta mi Lila en uno de los cuentos.Se volverá para encontrar las sonrisas?(pregunto yo)

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