
No digo el tuyo.
Ni digo el mío.
Digo el nuestro.
El construído.
No entiendo.
No creo.
No insisto.
No asimilo la pena.
¿Porqué el tiempo tiene que encargarse de eso como paquete?
¿Porqué enviarlo al olvido sin aviso de retorno?
Nada tendrá sentido si no es sentido.
y quién quiere olvidarlo?
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